Tengo una familia conocida. Viven en uno de los distritos de la provincia, en su m\’as amplia parcela organizaron una hermosa granja: taller, aves de corral, el territorio gazonchiki y literalmente lamido: c\’esped canadienses plantados con c\’esped, macizos de flores hechas, incluso una cerca — y pint\’o el verano ver todo esto y aprender la lecci\’on del arte popular a menudo vienen tour — adultos de los centros de salud, los ni~nos en los campamentos escolares Especialmente teniendo en cuenta la situaci\’on, obteniendo una gran cantidad de permisos, los propietarios han equipado el ba~no civilizada zona — para que la gente se sienta c\’omoda y los chicos llegaron a ellos desde uno campamentos escolares — los estudiantes de primer y segundo grado. Aproximadamente 15 personas: las ni~nas, ni~nos y maestros. Mira, pues, taller, dirigido por la danza, el jefe de la familia tocaba el acorde\’on, su esposa actuaba como Juguet\’on, los ni~nos bebieron t\’e — con los panecillos, con un samovar, digamos, una hora pas\’o r\’apidamente. Juntos los ni~nos de nuevo — y pedimos que el camino al ba~no. Tan pronto como el jefe de la familia alegremente se~nalar el vestuario limpio, como en el caso entr\’o en un maestro. — Hombres — Felizmente ella ordena. — Se acerc\’o a la cerca! Chicas, mirar hacia otro lado! Muchachos, pis! S\’i, en la valla! Las chicas, a continuaci\’on, vuelven la espalda, hacer pis! — Un momento — que estaba preocupada esposa del jefe de la familia, — espera, muchachos! Tenemos un aseo, y una cerca todos — a\’un pintado, y similares — que es indecente, ya sabes, debajo de la cerca m\’as all\’a de tocador, los ni~nos! Ni~nos — a juzgar por las chicas, con un alivio — se fueron al ba~no. Un maestro, enrojecida e indignado, vol\’o a la cabeza de la familia y hizo un berrinche uniformes. — Mientras todos est\’an possut (perdona el lector, pero las palabras de la canci\’on no se borra) — gritando se~nora, cuya esencia consiste en sembrar una «razonable, buena y eterna» — una media hora pas\’o, y todav\’ia vamos a 40 minutos, y tengo que termine el d\’ia de trabajo! Basta pensar, valla pintada en ellos aqu\’i! S\’i usted tiene de \’el en el lado de la cabra mear, y est\’an excretando, se retuerce inteligentes! Vive en el pueblo, e incluso con las demandas! Mismos, supongo, debajo de todo \’arbol heap puesto, y los hijos de curry. Adem\’as, como recuerda con un estremecimiento de la cabeza de la familia, el maestro se traslad\’o al vocabulario que el diario publique pendiente. Por cierto, los ni~nos escucharon maestro Otkrichalas, plantado en un autob\’us y los ni~nos adi\’os amenaz\’o: «Ahora le digo a todos lo que tenemos aqu\’i groser\’ia para usted, hay conciertos no va a venir». Maestro Clamor por mucho tiempo lleg\’o desde la carretera
Lidia Ivanova, el peri\’odico «Vladivostok»